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ASNADI 1683

La conexión cuerpo-mente en la vuelta a la rutina: empieza por tu alimentación.

  • mariajosemndieteti
  • 15 sept
  • 2 Min. de lectura

Septiembre (o cualquier inicio de etapa) suele ser sinónimo de retomar rutinas: horarios más estrictos, nuevas metas y, a menudo, un intento de “volver a cuidarnos” después de un periodo más flexible, como las vacaciones. Pero pocas veces se habla de cómo este regreso no solo impacta a nuestro cuerpo, sino también a nuestra psicología.


Alimentación y estado de ánimo: una conexión real


La evidencia científica cada vez es más clara: lo que comemos influye en cómo nos sentimos.

Una dieta rica en frutas, verduras, cereales integrales, legumbres, pescado y frutos secos se asocia con menor riesgo de ansiedad y depresión, mientras que una alimentación basada en ultraprocesados, azúcares añadidos y grasas trans tiende a empeorar el estado de ánimo y aumentar la fatiga.


La vuelta a los horarios y su doble cara


  • Lo positivo: retomar horarios nos ayuda a estructurar las comidas, regular la saciedad y recuperar hábitos que durante vacaciones suelen relajarse (como desayunar en calma o llevar comida preparada).


  • Lo desafiante: la exigencia del trabajo, los estudios o la conciliación puede aumentar el estrés, y muchas personas recurren a la comida como vía rápida de gratificación. Esto puede derivar en picoteo constante, consumo excesivo de café o saltarse comidas.


Estrategias prácticas para una transición más llevadera


  1. Planifica sin rigidez: preparar un menú semanal orientativo ayuda a reducir la improvisación, pero deja espacio a la flexibilidad.

  2. Incluye alimentos reconfortantes y saludables: platos que te gusten y te den placer, no solo “lo que toca”. Comer también es emocional.

  3. Organiza tus snacks: frutos secos, fruta o yogur natural pueden evitar que recurras al vending en momentos de bajón.

  4. Mantén una buena hidratación: la deshidratación leve puede afectar al rendimiento cognitivo y al ánimo.

  5. Descansa lo suficiente: el sueño influye directamente en la regulación del apetito y en la capacidad de gestionar el estrés.


El poder del autocuidado más allá del plato


No todo es la dieta: el ejercicio físico moderado, técnicas de respiración, pausas activas y mantener el contacto social son aliados clave para afrontar con energía y equilibrio la vuelta a la rutina.


EJERCICIO RUTINA

Conclusión: La alimentación no solo nutre al cuerpo, también a la mente. Una dieta equilibrada, junto con hábitos saludables, puede hacer que la transición a la rutina sea más suave, ayudándonos a gestionar mejor el estrés y a mantener una actitud positiva.

 
 
 

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