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CORTISOL: LA HORMONA DEL ESTRÉS EXPLICADA A FONDO

  • mariajosemndieteti
  • 25 nov
  • 4 Min. de lectura

Un análisis completo desde la biología, la psicología, la nutrición y el estilo de vida


El cortisol es una de las hormonas más estudiadas en los últimos años debido a su profundo impacto en la salud física, emocional y metabólica. Producida por la glándula suprarrenal, esta hormona esteroidea participa en procesos esenciales como el metabolismo energético, la respuesta inmunológica, el estrés, la memoria, el sueño y la inflamación.

Aunque popularmente se le conoce como “la hormona del estrés”, su función es mucho más compleja y no siempre negativa. El problema surge cuando los niveles de cortisol permanecen crónicamente elevados o, en menor proporción, peligrosamente bajos.

Este blog resume la información científica más relevante hasta 2025, con una mirada integradora desde la fisiología, la psicología y la psiconutrición.

1. ¿Qué es el cortisol y cómo se produce?


El cortisol es un glucocorticoide, un tipo de hormona esteroidea sintetizada a partir del colesterol en la corteza suprarrenal (zona fasciculada).

Su producción está regulada por el eje HHA (hipotálamo–hipófisis–adrenal), también conocido como eje del estrés:


  1. Hipotálamo → libera CRH (hormona liberadora de corticotropina).

  2. Hipófisis → secreta ACTH (hormona adrenocorticotrópica).

  3. Glándula suprarrenal → produce cortisol.


Este eje funciona mediante retroalimentación negativa: cuando hay suficiente cortisol, el hipotálamo y la hipófisis reducen la señal de activación.


2. Ritmo circadiano del cortisol


El cuerpo no produce cortisol de manera constante. Sigue un ritmo circadiano preciso:


  • Pico máximo: entre 6 y 8 a.m. (efecto de “despertar”).

  • Descenso progresivo: durante la tarde.

  • Punto más bajo: entre 11 p.m. y 2 a.m.


Este ritmo se llama CAR (Cortisol Awakening Response) y está regulado por la luz, el sueño y el reloj biológico interno.


Alteraciones en este ciclo están asociadas con:


  • Insomnio

  • Burnout

  • Depresión

  • Trastorno de ansiedad generalizada

  • Obesidad

  • Trastornos metabólicos


3. ¿Por qué el cortisol aumenta?


Existen dos tipos de elevación:


Aumento agudo (normal y adaptativo)


Es una reacción necesaria del cuerpo ante un desafío:


  • Examen o presentación

  • Situación de peligro

  • Entrenamiento físico

  • Falta de sueño temporal

  • Pérdidas emocionales o cargas de trabajo esporádicas


Este aumento no es malo; nos ayuda a reaccionar, pensar rápido y mantenernos vivos.


Aumento crónico (problemático)


Ocurre cuando el organismo permanece en estado de alerta de forma prolongada:


  • Estrés laboral persistente

  • Estrés emocional constante

  • Problemas económicos

  • Rutinas de sueño deficientes

  • Eventos traumáticos no resueltos

  • Comidas desordenadas o restricción alimentaria

  • Entrenamientos excesivos

  • Uso prolongado de estimulantes

  • Conflictos personales continuos


Aquí es cuando se habla de “cortisol alto crónico” y aparecen repercusiones para la salud.


4. Efectos del cortisol en el cerebro

El cerebro tiene muchos receptores para el cortisol, por lo que su impacto es significativo.


Efectos positivos cuando el cortisol está regulado:


  • Mejora la memoria a corto plazo

  • Agudiza la atención

  • Facilita la toma de decisiones rápidas

  • Aumenta la energía mental


Efectos negativos cuando hay exceso:


  • Dificultad para concentrarse

  • Problemas de memoria

  • Irritabilidad

  • Ansiedad

  • Alteración del sueño

  • Desmotivación

  • Mayor riesgo de depresión


A largo plazo, los niveles elevados pueden reducir el volumen del hipocampo, región clave para la memoria y la regulación emocional.


5. Cortisol y alimentación: ¿por qué influye tanto?


Este es el punto más relevante para la psiconutrición.


El cortisol afecta directamente:


Hambre y saciedad


  • Aumenta el apetito, especialmente por carbohidratos simples y alimentos altamente palatables.

  • Desregula la grelina (hormona del hambre).

  • Disminuye la leptina (hormona de la saciedad).


Preferencia por “comfort foods”


El cerebro busca alimentos que aumenten dopamina, serotonina y energía rápida para compensar el estrés.


Silenciamiento de señales corporales


Muchas personas “pierden” su conexión con señales internas de hambre debido al estrés crónico.


Efectos metabólicos


El cortisol favorece:


  • Aumento de glucosa en sangre

  • Resistencia a la insulina

  • Acumulación de grasa abdominal

  • Disminución de masa muscular


En conjunto, esto aumenta el riesgo de:


  • síndrome metabólico

  • diabetes tipo 2

  • obesidad visceral


6. Síntomas de cortisol elevado


Físicos


  • Fatiga constante

  • Dolor de cabeza recurrente

  • Aumento de grasa abdominal

  • Trastornos digestivos

  • Presión arterial elevada

  • Inmunosupresión (enfermar con más frecuencia)


Emocionales


  • Irritabilidad

  • Ansiedad

  • Falta de motivación

  • Desánimo

  • “Mente acelerada”


Del comportamiento


  • Comer emocional

  • Antojos constantes

  • Dificultad para dormir

  • Postergar actividades

  • Impulsividad


7. ¿Y qué pasa cuando el cortisol está BAJO?


Un nivel demasiado bajo puede indicar:


  • Fatiga suprarrenal por estrés prolongado

  • Insuficiencia suprarrenal (enfermedad de Addison)

  • Efectos secundarios por corticoides

  • Problemas autoinmunes


Esto se refleja como:


  • Cansancio extremo

  • Mareos

  • Ansiedad

  • Náuseas

  • Dolores musculares

  • Hipoglucemias frecuentes


8. Nutrición y cortisol: lo que dice la ciencia


La alimentación puede modular el cortisol a través de:


✔️ Estabilidad glucémica

Comidas equilibradas en:

  • proteína de buena calidad

  • grasas saludables

  • carbohidratos complejos

  • fibra


Evitan picos de estrés metabólico.


✔️ Micronutrientes esenciales

  • Magnesio → regulador del estrés

  • Vitamina C → participa en la síntesis del cortisol

  • Omega 3 → antiinflamatorio

  • B12 y folatos → función neurológica


✔️ Hidratación adecuada


La deshidratación aumenta el cortisol.


✔️ Relación con los horarios

Comer muy tarde aumenta la activación del eje del estrés.


9. Psicología y manejo del cortisol: herramientas probadas


La evidencia científica apoya estas estrategias:

✔️ Mindfulness y meditación

Reducción del cortisol entre 15–25% según metaanálisis.


✔️ Respiración diafragmática

Activa el nervio vago y reduce la respuesta de estrés.


✔️ Sueño profundo y regular

El mal sueño es uno de los principales promotores del cortisol crónico.


✔️ Actividad física moderada

A diferencia del sobreentrenamiento, mejora la variabilidad de cortisol.


✔️ Conexión social

La oxitocina antagoniza la acción del cortisol.


10. ¿Cómo se mide el cortisol?


✔️ En sangre

Mide cortisol total. Ideal para diagnósticos clínicos.


✔️ En saliva

Permite evaluar el ritmo circadiano con varias tomas al día.


✔️ En orina 24 horas

Mide cortisol libre, útil para estudios más completos.


✔️ En cabello

Evaluación de cortisol crónico a largo plazo.


11. Cortisol, trauma y estrés postraumático (TEPT)


El TEPT altera profundamente el eje del estrés.Se observan patrones como:


  • cortisol bajo con estrés subjetivo alto

  • hipersensibilidad del eje HHA

  • respuestas exageradas a estímulos menores


Esto explica por qué muchas personas traumatizadas tienen dificultades con el manejo emocional, el sueño y la alimentación.


12. Conclusión: el cortisol no es el enemigo


El problema no es el cortisol, sino el desequilibrio.


Un nivel saludable de cortisol permite:


  • Energía

  • Enfoque

  • Motivación

  • Estabilidad emocional

  • Respuesta inmunológica adecuada


Pero cuando el estrés emocional, laboral, nutricional o social se vuelve crónico, este sistema se desregula y afecta prácticamente todos los ámbitos de la vida.

La psiconutrición, la psicología, el manejo emocional y la alimentación consciente son herramientas fundamentales para recuperarlo.

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